La punción lumbar, también conocida como punción raquídea, es un procedimiento en el que se inserta una aguja entre los huesos lumbares para extraer líquido cefalorraquídeo (LCR) para su análisis. Esta prueba de laboratorio ayuda a diagnosticar afecciones como enfermedades infecciosas, esclerosis múltiple y meningitis bacteriana. También se puede utilizar para detectar niveles anormales de sangre blancos en el líquido cefalorraquídeo, lo que puede indicar una infección o inflamación. Además, se puede realizar una punción raquídea para inyectar un medio de contraste para pruebas radiográficas, administrar medicamentos o aliviar la presión en la cabeza.
Dado que una punción lumbar afecta el cerebro y la médula espinal, es importante conocer los posibles factores de riesgo, que pueden incluir:
Hable sobre cualquier inquietud que tenga con su doctor antes del procedimiento.
Si bien la preparación es mínima, es importante seguir estas pautas:
Su doctor le proporcionará instrucciones sobre cualquier análisis de sangre necesario o los medicamentos que esté tomando.
Durante el procedimiento, el doctor le pedirá que se acueste de lado y es posible que le pida que acerque las rodillas al pecho. Después de esterilizar la zona, recibirá anestesia local para adormecer el sitio. Se inserta una aguja entre dos vértebras en el canal espinal para recolectar líquido cefalorraquídeo para su análisis. Si bien el procedimiento no suele ser doloroso, es posible que sienta presión, molestias o dolor de cabeza. Una vez que se recolecta la muestra, se cubre el sitio con un vendaje.
Después de la punción lumbar, siga estos pasos de cuidados posteriores:
Una prueba de LCR puede brindar información valiosa sobre afecciones neurológicas e infecciosas, ayudando a orientar el diagnóstico y el tratamiento.