Todos los niños, sin importar su tamaño, podrían experimentar acoso en su vida.
Para determinar si es realmente intimidación o solo una burla, haga estas preguntas:
La intimidación es un comportamiento agresivo no deseado entre los niños en el que alguien intencionalmente causa molestias o lesiones a otra persona. El comportamiento puede repetirse, o tiene el potencial de repetirse, con el tiempo. Tanto los niños que son acosados como los que acosan a otros pueden tener problemas graves y duraderos.
Una de las mejores maneras de detener el bullying es ser consciente. Hable con sus niños regularmente sobre su tiempo en la escuela. Pregúntales sobre sus amigos, sus clases y sus actividades del día a día. Fíjese en su lenguaje corporal cuando responda y esté atento a los cambios de humor o actividades, como depresión o querer quedarse en casa y no ir a la escuela oa los juegos. El acoso también puede provocar síntomas físicos, como dolor abdominal, vómitos antes de ir a la escuela u orinarse en la cama.
El acoso no siempre ocurre cara a cara. El acoso cibernético, el acoso por correo electrónico, mensajes de texto, redes sociales, salas de chat o actividades en línea, ha crecido exponencialmente en los últimos años. Hoy, más del 75 por ciento de los estudiantes reportan algún tipo de acoso por parte de un acosador cibernético.
La mejor manera de ayudar a detener el acoso cibernético es revisar regularmente el teléfono y el uso de mensajes de texto de su hijo para ver si hay mensajes negativos o violentos. Mantenga toda la interacción en línea en áreas públicas: no use computadoras en el dormitorio y hable con sus niños sobre las actividades en línea. Anime a su hijo a ignorar a la persona que lo está acosando. Dígales que se defiendan por sí mismos y que no devuelvan la intimidación al niño. También deben tratar de evitar un enfrentamiento con el acosador a toda costa.
La respuesta clave para poner fin a este ciclo de intimidación y violencia es la vigilancia y la comunicación. Debe hablar con sus niños, sus maestros, sus compañeros, sea parte de sus vidas y actividades para que pueda reconocer los signos de angustia y actuar de inmediato.
Sea proactivo y sea parte de la vida de sus hijos para mantenerlos en un camino feliz y saludable hacia la edad adulta.