“La placenta es uno de los héroes no reconocidos del embarazo”, dijo la doctora Heather Reed (en inglés), una ginecobstétra (OBGYN, por su abreviatura en inglés) de Banner - University Medicine North (en inglés), en Tucson, Arizona. De manera que, por lo general, se requerirá de algunos cuidados adicionales cuando la placenta se encuentra afectada.
Hablamos con la doctora Reed para obtener una mejor compresión de los trastornos relacionados con la placenta y aprender qué pueden hacer las madres expectantes para minimizar sus riesgos.
¿Qué es la placenta?
Unida a la pared uterina durante el embarazo, la placenta proporciona oxígeno y nutrientes al feto. Este órgano también filtra los desperdicios del feto protegiéndolo de bacterias e infecciones. En tanto que la ciencia médica ha tenido grandes avances en el monitoreo de la placenta, la doctora Reed dijo que, en términos generales, todavía tenemos poco control sobre el desarrollo y las funciones de la placenta. Esto significa que los trastornos de placenta son relativamente comunes y requieren de gran vigilancia.
La doctora Reed nos habló de tres trastornos placentarios comunes y el manejo de los riesgos que se les relacionan que las madres expectantes deben tener.
Trastorno 1: Placentación anormal
Dicho de la manera más simple, la placentación anormal es cuando la placenta se ubica en un lugar indebido. Este trastorno se clasifica como placenta previa o placenta accreta.
En el caso de la placenta previa (en inglés), la placenta cubre la apertura del cérvix (también llamado cuello uterino). La Asociación Americana del Embarazo (American Pregnancy Association) indicó que la placenta previa afecta a alrededor de 1 de cada 200 mujeres (en inglés) durante el tercer trimestre, y es más común entre las mujeres que han experimentado alguno de los siguientes eventos:
- Tener más de un hijo
- Haber tenido una cesárea (en inglés)
- Haber tenido alguna cirugía de útero
- Haber tenido mellizos o trillizos
La placenta previa puede ocasionar sangrado vaginal tanto antes como durante el parto. Este sangrado puede ser serio y podría requerir de atención médica.
En tanto que, la placenta accreta (en inglés), es menos común y ocurre en alrededor de 1 de cada 2,500 embarazos. En el caso de este trastorno, la placenta crece de manera demasiado profunda en la pared del útero, ya sea en el músculo de la pared sin penetrarlo (accreta), penetrando parcialmente al músculo uterino (increta), o a través de toda la pared uterina y adhiriéndose a otro órgano (percreta). Esta es una condición grave que puede provocar un sagrado vaginal abundante durante el tercer trimestre, así como hemorragias postparto. La placenta accreta también puede conducir a un parto prematuro por cesárea y, en ocasiones, incluso a una histerectomía (en inglés).
La doctora Reed dijo que la mayoría de las pacientes con placentación anormal requerirán de permanecer más tiempo en el hospital después del parto porque la gravedad de las complicaciones es difícil de predecir y una vigilancia estrecha es crucial.
“No es que queramos asustar a nuestras pacientes”, aclaró, “pero necesitamos que estén preparadas para manejar cierta incertidumbre. No hay ninguna ‘cura mágica’”.
Trastorno 2: Desprendimiento de placenta
Se conoce como un desprendimiento de placenta (en inglés) cuando la placenta se separa de la pared uterina. En ocasiones, este desprendimiento es parcial, pero en otros casos, es una separación completa. El desprendimiento de placenta es el trastorno placentario más común y ocurre en alrededor de 1 de cada 100 embarazos.
La doctora Reed explicó que puede ser muy grave, ocurrir de manera totalmente inesperada y, potencialmente, poner en peligro la vida de tanto la madre como del bebé. Los fetos requieren de la placenta para recibir oxígeno y nutrientes, así es que es un problema serio si la placenta se desprende. Los síntomas comunes incluyen: sangrado vaginal, dolor uterino/abdominal, contracciones continuas y anomalías en la frecuencia cardíaca fetal.
Trastorno 3: Insuficiencia placentaria
La insuficiencia placentaria sucede en aproximadamente 1 de cada 300 embarazos (en inglés), y ocurre cuando la placenta no le proporciona al feto la cantidad normal de nutrientes. Este trastorno puede provocar menor movimiento fetal durante el embarazo, un parto prematuro, bajo peso al nacer y, en ocasiones, incluso un aborto espontáneo (en inglés).
Algunos de los factores de riesgo comunes para la insuficiencia placentaria (en inglés) incluyen:
- La preeclampsia (en inglés)
- La diabetes
- El tabaquismo o el consumo de drogas recreativas
- Los problemas de coágulos en sangre o el uso de medicamentos anticoagulantes
La insuficiencia placentaria puede interferir con el crecimiento del bebé dentro del vientre. En estos casos, los médicos deberán evaluar los riesgos de mantener al bebé dentro del vientre materno versus los de un parto prematuro. Esto podría implicar un monitoreo diario. La realización de ultrasonidos con regularidad (en inglés) ayuda a la toma de decisiones.
“Tanta incertidumbre puede atemorizar a las pacientes”, dijo la doctora Reed. “La comunicación con tu doctor y trabajar juntos en un plan de tratamiento es lo más importante que puedes hacer como paciente”, señaló.
Mejoras en la atención
La doctora Reed apuntó que los procedimientos y desenlaces para estos trastornos han tenido un gran avance.
Hoy en día, los médicos tienen una capacidad mucho mayor para diagnosticar la placentación anormal, el desprendimiento de placenta, la insuficiencia placentaria y otros problemas relacionados. La clave para reducir las complicaciones una vez que se ha diagnosticado un trastorno de placenta es el monitoreo con regularidad, y las herramientas para ese monitoreo también son mucho más sofisticadas que con anterioridad. La doctora Red explicó que los estudios de imagen por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés), han facilitado enormemente la localización de la placenta, y los ultrasonidos pueden medir el crecimiento fetal y la salud de la placenta con gran precisión. Adicionalmente, hay una comprensión mucho mejor de cómo el abuso de sustancias y un mal control de las condiciones crónicas impactan al embarazo.
¿Tienes más preguntas acerca del embarazo y los riesgos potenciales a considerar? Habla con tu proveedor de salud o encuentra a un OBGYN en bannerhealth.com. También te podrían gustar los siguientes artículos relacionados: