Diagnóstico del síndrome de piernas inquietas (SPI)
Su proveedor de atención médica revisará su historial médico y le preguntará acerca de sus síntomas. Querrán saber cómo se sienten los síntomas, con qué frecuencia los tiene y cualquier cosa que los mejore o empeore.
También pueden preguntarle sobre sus hábitos de sueño, historial médico, medicamentos y cualquier historial familiar de SPI u otros trastornos neurológicos.
Es posible que realicen un examen físico para descartar otras afecciones que podrían causar sus síntomas. Eso puede incluir comprobar su función neurológica y buscar signos de neuropatía periférica y afecciones como deficiencia de hierro o enfermedad renal.
Su proveedor también puede ver si responde a los medicamentos que aumentan sus niveles de dopamina y si tiene movimientos de las extremidades cuando duerme (trastorno del movimiento periódico de las extremidades).
A veces, su proveedor ordenará otras pruebas para descartar otras posibles causas de sus síntomas:
- Los análisis de sangre pueden detectar deficiencia de hierro, función renal y otras anomalías.
- Los estudios del sueño pueden evaluar sus patrones de sueño y detectar otros trastornos del sueño, como la apnea del sueño o el trastorno del movimiento periódico de las extremidades.
- Las pruebas neurológicas, como los estudios de conducción nerviosa o la electromiografía (EMG), pueden detectar neuropatía periférica u otras afecciones neurológicas.
Tratamiento del síndrome de piernas inquietas (SPI)
Una combinación de cambios en el estilo de vida, medicamentos y terapias alternativas puede ayudar a reducir los síntomas del SPI. Su proveedor puede recomendarle probar estos pasos primero:
- Hacer ejercicio con regularidad, como caminar, trotar o nadar, para ayudar a la circulación y reducir el estrés. Evite el ejercicio intenso cerca de la hora de acostarse, lo que podría empeorar los síntomas.
- Mantener un horario de sueño regular con horarios establecidos para acostarse y despertarse.
- Anotar en un diario de sueño lo que mejora o empeora los síntomas. Puede compartir esta información con su proveedor.
- Evitar la cafeína, la nicotina y el alcohol.
- Permitirse moverse cuando sienta la necesidad. Tratar de combatirlo puede empeorar los síntomas.
- Practicar técnicas de relajación como la respiración profunda , la relajación muscular progresiva y la meditación mindfulness.
- Técnicas de manejo del estrés como llevar un diario, meditar o pasar tiempo con sus seres queridos, en la naturaleza o realizando pasatiempos.
- Asegúrese de que su dormitorio sea cómodo, fresco, oscuro y silencioso. Si puede, invierta en un colchón y almohadas cómodos y considere usar máquinas de ruido blanco o tapones para los oídos para bloquear las molestias.
- Limitar la exposición a pantallas electrónicas antes de acostarse, ya que la luz puede alterar el sueño.
- Relajarse antes de dormir leyendo, dándose un baño caliente o practicando técnicas de relajación.
- Mantenerse hidratado ya que la deshidratación puede empeorar sus síntomas.
- Tomar descansos regulares desde estar sentado para levantarse, estirarse y moverse.
- Distraerse de los síntomas escuchando música, leyendo un libro o haciendo rompecabezas. Mantener la mente ocupada puede ayudar a que los síntomas sean más leves y manejables.
Si esos pasos no brindan alivio, su proveedor puede recomendarle medicamentos como:
- Suplementos de hierro o una infusión de hierro.
- Ropinirol (Requip), pramipexol (Mirapex ER) o rotigotina (Neupro), que aumentan los niveles de dopamina en el cerebro.
- Ligandos alfa-2-delta, como gabapentina (Neurontin, Gralise), gabapentina enacarbil (Horizant) y pregabalina (Lyrica), que actúan sobre los canales de calcio en el cerebro.
- Benzodiazepinas, como clonazepam (Klonopin) y lorazepam (Ativan), que pueden ayudarle a dormir mejor.
- Opioides , en casos graves en los que otros tratamientos no funcionan. Los opioides incluyen codeína, oxicodona (Oxycontin, Roxicodone), hidrocodona (Hysingla ER) y tramadol (ConZip, Qdolo). Pero con los opioides existe el riesgo de dependencia y tolerancia, por lo que deben usarse con precaución y bajo estrecha supervisión médica.
Las terapias alternativas y complementarias que también pueden ayudar incluyen:
- Masaje suave y liberación miofascial para ayudar a reducir la tensión muscular y promover la relajación.
- Acupuntura
- Estiramientos suaves o posturas de yoga dirigidas a las piernas y la parte inferior del cuerpo.
- Aplicar compresas frías o calientes en las piernas.
- Vendas para pies diseñadas para SPI
- Utilice una almohadilla que vibre en sus piernas.
Conectando con soporte
Vivir con SPI puede ser estresante y frustrante y, a menudo, es una afección con la que tendrás que lidiar de por vida. Estas estrategias pueden ayudar:
Conéctese con grupos de apoyo en persona o en línea. Otras personas que entienden por lo que estás pasando pueden brindarte apoyo emocional, consejos y un sentido de comunidad. Es posible que también desee unirse a foros o foros de discusión en línea.
Pregunte a sus proveedores de atención médica sobre fuentes confiables de información sobre el SPI, como sitios web, libros y materiales educativos.
Considere buscar apoyo de salud mental si sus síntomas le causan angustia o afectan su bienestar emocional. Un consejero puede proporcionar estrategias de afrontamiento y apoyo emocional.
Pensamientos finales
El síndrome de piernas inquietas (SPI) es una afección neurológica en la que se siente como si le hormiguearan o arderan las piernas o si algo se arrastrara dentro de ellas. Los síntomas suelen empeorar cuando estás quieto y se alivian cuando mueves las piernas.
El SPI puede interrumpir su sueño e interferir con su calidad de vida. Hable con su proveedor de atención médica si tiene síntomas, ya que el tratamiento puede ayudar.