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Cómo ayudar a su hijo a afrontar la pérdida de un amigo o compañero de clase

La muerte de alguien, en particular de alguien joven, suele ser un doloroso recordatorio de lo corta y frágil que puede ser la vida. Cuando un niño se enfrenta a la pérdida de un compañero de clase, un amigo o un familiar, puede ser especialmente difícil. Para los niños, el duelo puede resultar abrumador y su respuesta puede variar significativamente de la de los adultos.

Cómo se afligen los niños

Los niños procesan la muerte de una manera muy diferente a los adultos. Es posible que les cueste comprender la permanencia de la pérdida y que aún no tengan las herramientas emocionales para afrontar sus sentimientos. Por ejemplo, pueden expresar confusión, miedo o tristeza. Los niños más pequeños pueden regresar a comportamientos anteriores, como orinarse en la cama o hablar como un bebé, como una forma de afrontar la situación. Los adolescentes, por otro lado, pueden reaccionar con ira, depresión o retraimiento.

Como padre, puede resultar difícil saber cómo abordar la conversación o si debe proteger a su hijo del dolor. Sin embargo, es importante para el bienestar emocional de su hijo tener conversaciones abiertas y honestas sobre la muerte. A continuación, se indican algunas formas de ayudar a su hijo a atravesar el proceso de duelo:

1. Sea directo

Cuando se trata de explicarle la muerte a un niño, la claridad es clave. Hable con su hijo lo antes posible para asegurarse de que escuche la verdad de boca de usted, en lugar de de otras personas. Elija un lugar tranquilo y silencioso, sin distracciones, y ofrézcale una explicación que se adapte al nivel de comprensión de su hijo. Tenga en cuenta que los niños pequeños pueden interpretar las cosas de manera muy literal, por lo que es importante evitar eufemismos como "se fueron a dormir" o "se fueron de viaje", que pueden confundirlos.

En una conversación reciente con la Doctor. Adeola Adelayo, psiquiatra en ejercicio en el Banner Behavioral Health Hospital, ella enfatizó la importancia de ser claro y directo con su hijo. “Los niños pueden tener preguntas sobre la muerte y querrán hablar de ello”, dijo la Dra. Adelayo. “Responda sus preguntas de manera honesta pero sencilla. No tenga miedo de admitir que no tiene todas las respuestas”.

2. Estar presente

A veces, la mejor manera de ayudar a un niño en duelo es simplemente estar ahí para él. Incluso si su hijo no está listo para hablar sobre la pérdida, no se aleje. La presencia durante los momentos de silencio puede ser increíblemente reconfortante y puede demostrar su apoyo sin palabras. Es posible que algunos niños no puedan expresar sus emociones verbalmente, pero pueden encontrar consuelo al hacer dibujos, participar en manualidades o mirar fotos de su amigo.

“Siga el ejemplo emocional de su hijo”, aconsejó la Dra. Adelayo. “Si no está listo para hablar, no lo fuerce. Permítale que se abra cuando esté listo y evite compartir demasiado sus propios sentimientos a menos que lo pida”. Su apoyo silencioso puede ayudarlo a sentirse seguro mientras procesa su duelo.

3. Honrar la memoria del amigo

Incluso los niños pequeños, a partir de los 3 años, pueden comprender el concepto de decir adiós. Las investigaciones demuestran que, en lugar de centrarse únicamente en dejar ir, ayudar a su hijo a mantener una conexión con la persona que ha perdido puede ser beneficioso para su curación emocional.

Crear un monumento conmemorativo, mirar fotografías o compartir historias sobre el amigo puede brindar consuelo y ayudar a su hijo a procesar la pérdida a su manera.

Una forma significativa de honrar la memoria de esa persona podría ser reunir a amigos y familiares para una pequeña celebración de su vida, crear un álbum de fotos o hacer una buena acción en su honor. Estas actividades pueden fomentar un duelo saludable y ayudar a su hijo a sentirse empoderado en un momento difícil.

4. ¿Deben asistir los niños al funeral?

Llevar o no a un niño a un funeral es una decisión personal que depende de su edad y estado emocional. El Dr. Adelayo recomendó que los niños menores de 5 años pueden no tener la madurez emocional necesaria para procesar la experiencia del funeral. Para los niños más pequeños, puede ser más apropiado visitar la tumba o un lugar conmemorativo después de la ceremonia.

En el caso de los niños mayores y los adolescentes, deberá evaluar cómo están afrontando la pérdida. Algunos pueden desear asistir al funeral para despedirse, mientras que otros pueden considerarlo demasiado abrumador. Es fundamental escuchar las necesidades de su hijo y ser flexible con su apoyo.

5. Esté atento a patrones de afrontamiento poco saludables

Es normal que los niños experimenten una amplia gama de emociones después de una pérdida. Sin embargo, si su hijo parece tener dificultades para afrontar la situación durante un período prolongado o si su estado emocional empeora, puede que sea el momento de buscar ayuda profesional. La mayoría de los niños, con el apoyo de su familia, comenzarán a procesar sus sentimientos y a seguir adelante de manera saludable en un par de semanas.

“La mayoría de los niños pueden empezar a procesar y hablar sobre su duelo en una o dos semanas”, explicó el Dr. Adelayo. “Pero si los síntomas persisten, es importante buscar orientación profesional para asegurarse de que lo estén afrontando de forma saludable”.

Reflexiones finales

Ayudar a su hijo a afrontar la pérdida de un amigo o compañero de clase es un desafío, pero con el apoyo y la orientación adecuados, puede aprender a procesar su duelo de una manera saludable. Como padre, ser abierto, estar presente y comprender es fundamental. Si nota que su hijo tiene dificultades para afrontar la situación, considere la posibilidad de ponerse en contacto con un profesional de la salud mental para obtener apoyo adicional. Programe una cita con un especialista en salud conductual de Banner .

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El contenido de este artículo se actualizó el 6 de enero de 2025.

Paternidad Salud mental