La historia de un familiar durante el despliegue de un ser querido

Durante los días y semanas previos a un despliegue, intenta asegurarse de haber cubierto todo lo que pueda necesitar de su ser querido antes de que se vaya. Sé que para mí fueron contraseñas para diferentes cuentas y cosas que tenemos juntas, cosas que él manejaba. A esto lo llamamos archivos clasificados G14. Estos archivos se consideran las joyas de la familia, ya que desbloquean todo lo importante para nuestra familia.

Nos aseguramos de que todas las facturas estén configuradas con pago automático y él aconseja a sus fideicomiso que vigilen a su familia.

Se pasa tiempo con los familiares que están cerca y se hacen llamadas a los que están lejos.

Llega el día en que se va... la habitación está en silencio, pero puedes sentir las emociones y pensamientos en el aire. Las oraciones están subiendo el doble de rápido, por su seguridad y por la de aquellos que viajan con él para un regreso sano y salvo.

Comienza la cuenta atrás para su regreso: 190 días y un despertar.

Luego hay un silencio de radio durante unos días hasta que él pueda llegar a mí para informarme que llegaron sanos y salvos, entonces puedo respirar. Se desconoce su paradero pero está a salvo.

Las llamadas de Skype son pocas y muy valiosas. Algunas son interrumpidas por bombas que estallan al fondo. Luego ves a tu ser querido albergue debajo de la mesa donde estaba sentado, comiendo y hablando contigo. Las sirenas suenan fuertes y el ruido es inolvidable. Una vez que la bomba ha desaparecido, escuchas las fuertes sirenas y todo vuelve a la normalidad.

Es el tiempo entre esas llamadas lo que hace que tu corazón se detenga. Sin saber cuándo ni si tendrán señal para devolverle la llamada o si la última llamada que recibió fue la última.

Ahora las oraciones comienzan aún más fuerte y más rápido pidiéndole a Dios que por favor acelere el tiempo para que pueda regresar a casa sano y salvo.

Los días se convierten en semanas y de ahí en meses. Han sucedido tantas cosas y las noticias nocturnas son terribles. Entonces, cuando recibes una llamada telefónica, es un soplo de alivio para ese momento. Durante esas conversaciones intentas discutir todo lo importante pero aún así saboreas el tiempo para reírte también, debido a la incertidumbre de cuándo será la próxima llamada.

Antes de que te des cuenta, es hora de prepararse para su llegada de regreso a casa. Para mí es asegurarme de que la casa esté limpia, que se preparen mis comidas favoritas y que haya reparado todo lo que logré romper mientras él no estaba.

Centrándose mentalmente en los cambios de la persona que regresará. No estoy seguro de si alguna vez volverá a ser el mismo. Nosotros, como familiares, amigos y cónyuges de quienes han cumplido condena, es posible que nunca seamos los mismos.

Avance rápido hasta la fecha de llegada.

Parado en el aeropuerto con globos y carteles que dicen “Bienvenido a casa”, pero dejándolo todo cuando veo su cara. Está vivo, a salvo y de regreso a casa.