Levanta la mano si tienes hijos y los has oído decir: “¡estoy aburrido!”, durante la última hora, el último día o el último año. Seamos honestos, es probable que –en ocasiones–, tú también te hayas percatado de tu propio aburrimiento.
En tanto que el aburrimiento puede tener significados diferentes para cada quien, por lo general, es sinónimo de ser improductivo o estar perdiendo el tiempo. Pero… al contrario, el aburrimiento no es malo.
“Desde temprana edad, se nos programa para pensar que el aburrimiento se asocia con: ‘aquí no está pasando nada’”, dijo Scott Bartlett, director de gestión de casos del hospital de salud conductual Banner Behavioral Health Hospital. “Esto puede ser particularmente cierto en el mundo tecnológico de hoy en día, en donde la gratificación instantánea siempre está a nuestro alcance a través de nuestros teléfonos móviles y tabletas. Parecería que suena una alarma que nos indica que necesitamos realizar algún tipo de cambio cuando no tenemos nada que hacer”, agregó.
Bartlett compartió dos circunstancias en las cuales podrías tratar de evitar el aburrimiento y algunas sugerencias para que tú y tus pequeños maximicen los beneficios de estar aburridos.
Razones por las cuales nos aburrimos
“Las personas se identifican y experimentan el aburrimiento de distintas maneras, pero puede generar un impulso que las motive a que hagan lo que sea necesario para disminuirlo”, señaló Bartlett. “Hay varias circunstancias que pueden contribuir al aburrimiento y dos de ellas son la fatiga mental o la desconexión y el enmascaramiento de sentimientos y emociones que no son evidentes, como al depresión (en inglés) o la ansiedad”, expresó.
Desconexión: Estoy haciendo lo mismo una y otra vez y no está sucediendo nada nuevo. No siento interés en lo que hago y lo hago porque es lo que se espera que haga. Estoy atrapado en una rutina y sólo tengo que emplear una pequeña porción de mis capacidades para continuar inmerso en esta rutina.
Enmascaramiento de la Salud Mental: Tengo mucho sucediendo dentro de mí, por debajo de este sentimiento superficial de aburrimiento. Sé que me atraviesan muchos pensamientos inquietantes por la mente, pero no puedo enfocarme en esos pensamientos. Podría enfrentar demasiados desafíos si detengo mi rutina y me doy tiempo para pensar.
Razones por las cuales el aburrimiento no es malo
¿Qué estamos haciendo cuando tenemos cinco minutos para nosotros mismos? Estamos metidos en nuestro teléfono móvil, navegando, dando like y twitteando, sin realmente darnos tiempo para algo tan elemental como caminar o sentarnos y pensar. Mientras que es posible que la tecnología llene el vacío del aburrimiento, también puede –en verdad–, interferir con nuestro sueño, nuestras relaciones interpersonales e incluso, nuestra salud mental. Nuestros cerebros no fueron diseñados para seguir y seguir sin detenerse.
En cambio, si te tomas un poco de tiempo para aburrirte, descubrirás que estás más contento (en inglés), eres más creativo (en inglés) y aun más productivo (en inglés).
“Lo más difícil para algunas personas es quedarse quietas, en silencio y estar consigo mismas”, explicó Bartlett. “Mientras más jóvenes estén nuestros hijos cuando empecemos a enseñarles, se darán mayor cuenta de que tienen recursos internos de los que pueden echar mano. Aumentar nuestra tolerancia al tiempo que pasamos a solas y en silencio es saludable a cualquier edad”, comentó.
“Pueden surgir cosas fascinantes en medio del aburrimiento”, reflexionó Bartlett. “Puedes conectarte con tu creatividad; podrías encontrar nuevas rutinas e intereses y desarrollar una mayor conciencia. Disminuir la velocidad, respirar y tomar una pausa también puede ser tan simple como buen descanso para la mente”, afirmó.
Canalizando tu aburrimiento
Hoy es un buen día para reencontrarte en tu aburrimiento. Deja a un lado tus teléfonos y tabletas y abrázalo. Bartlett compartió las siguientes sugerencias para ti y toda tu familia.
- Sal a caminar: Si puedes hacerlo, deja el teléfono en casa y disfruta del aire fresco. Observa los árboles, los pájaros y la gente.
- Aprende una manualidad nueva: Hay tantas manualidades que se pueden aprender a través de videos de YouTube. Está demostrado que las actividades como tejer a gancho o con agujas pueden reducir la ansiedad. Los niños están menos sujetos por lo que creen que pueden o no pueden hacer que los adultos, así es que disponte a participar con ellos.
- Duerme un poco más: Toma una siesta o acuéstate más temprano; cualquiera de los dos te puede beneficiar.
- Haz un diario: Basta con hacer unos apuntes acerca de tus pensamientos y sentimientos como un buen método para procesar los problemas, temores o preocupaciones que podrías tener.
- Practica la Concientización y la Meditación: Encuentra unos minutos, ya sea junto con tus hijos y/o a solas, para la práctica de métodos de relajación como la respiración diafragmática (o abdominal) y la meditación de concientización (mindfulness).
- Elabora una Lista: Entra en línea y elabora una lista de cosas de bajo costo que puedas hacer. Anima a tus hijos para que te ayuden en la elaboración de esa lista. Pídeles que recorten la lista en tiras y las coloquen en una canasta o un frasco. La próxima vez que alguno de ustedes se sienta o diga que está aburrido, saquen algunas de las tiras del recipiente y comprométanse a hacer al menos una de ellas.
El aburrimiento le puede ocurrir a cualquier persona y en cualquier edad, pero aprender a reconfortarse en el silencio o en lo mundano puede ser saludable.
Busca la ayuda de un especialista en salud conductual (en inglés) en caso de que el aburrimiento sea parte de un problema mayor, tales como la depresión o la ansiedad. Hablar con tu doctor acerca de tus sentimientos te puede ayudar a obtener una mejor comprensión de tus necesidades y asegurar que recibas el tratamiento adecuado.