¿Siente dolor en la parte anterior de la rodilla? ¿Empeora al subir escaleras, correr, saltar o hacer sentadillas? Es posible que padezca rodilla de corredor, también conocida como síndrome de dolor patelofemoral (SDPF), una causa común de dolor en la parte anterior de la rodilla.
Continúe leyendo para obtener más información sobre el síndrome PFPS, sus causas, síntomas y tratamientos disponibles para ayudarlo a sentirse mejor y moverse nuevamente sin dolor.
El síndrome de dolor patelofemoral (SDPF) es una afección que causa dolor en la rodilla y sus alrededores. El término «femororrotuliano» se refiere a la rótula y al fémur. Esto describe la zona donde se localiza el dolor.
Normalmente, la rótula encaja en un surco del fémur. Debería deslizarse suavemente por ese espacio al mover la rodilla. Si padece síndrome de dolor pélvico persistente (SDPF), la rótula no se mueve ni se desplaza correctamente dentro del surco del fémur.
El síndrome de dolor pélvico-facial (SDPF) no solo afecta a corredores. Puede afectar a cualquiera que participe en actividades que requieran movimientos repetitivos de la rodilla.
El síndrome de dolor pélvico-facial (SDPF) se debe a un desequilibrio de fuerzas sobre la rótula. Diversos factores pueden provocar esta desalineación, entre ellos:
Cualquier persona puede desarrollar síndrome de dolor pélvico persistente (SDPF). Sin embargo, algunas personas son más propensas a experimentarlo, como:
El síntoma principal del síndrome de dolor pélvico persistente (SDPF) es un dolor sordo y persistente alrededor de la parte delantera de la rodilla, en particular:
Algunas personas oyen o sienten un roce, un chirrido o un chasquido en la rótula al doblarla o estirarla. La rótula también puede estar sensible al tacto.
Su profesional de la salud puede diagnosticar el síndrome de dolor patelofemoral (SDPF) analizando su historial médico y realizando un examen físico. Examinará la alineación de la rodilla, la amplitud de movimiento, la fuerza y la estabilidad. También podría pedirle que se ponga en cuclillas, salte o presione la articulación patelofemoral.
Si es necesario, su proveedor puede solicitar otras pruebas de diagnóstico por imágenes, como una radiografía, una resonancia magnética (IRM) o una ecografía.
Una vez diagnosticado, el SDPF suele tratarse con medidas conservadoras (tratamientos no quirúrgicos). Esto puede incluir:
En casos excepcionales, se puede recomendar una artroscopia de rodilla para pacientes jóvenes sin signos de artritis significativa. Este tipo de cirugía es mínimamente invasiva, con pequeñas incisiones en la piel que rodea la rodilla. Generalmente, solo se considera cuando varios meses de tratamiento conservador no logran aliviar el dolor ni mejorar la función. La artroscopia de rodilla también puede ser necesaria si presenta daño en el cartílago o desalineación de la rótula.
La mayoría de las personas se recuperan del síndrome de dolor paroxístico en uno o dos meses. Su médico y fisioterapeuta le indicarán un cronograma según sus necesidades, fuerza y nivel de actividad. Es posible que deba cambiar o dejar de lado sus actividades habituales hasta que desaparezca el dolor u otros síntomas.
Para prevenir el síndrome de dolor pélvico persistente, aquí hay algunos consejos para mantener las rodillas sanas:
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