La mayoría de nosotros nos declaramos culpables. Cuando estamos en un receso para almorzar, tenemos tiempo libre entre reuniones o simplemente estamos aburridos, sacamos el teléfono y miramos las redes sociales. Tal vez entra religiosamente antes de irse a dormir o mira las novedades mientras se despierta a la mañana como la primera cosa que hace en el día. Ya sea Facebook, Instagram, Twitter o cualquier otra plataforma favorita, las redes sociales pueden ser una gran manera de mantenerse en contacto con amigos y familiares que están lejos y también cerca.
Sin embargo, últimamente se ha hablado más sobre cómo las redes sociales contribuyen a un aumento de la depresión y la ansiedad, lo que nos plantea algunos interrogantes. ¿Por qué las redes sociales contribuyen a generar depresión y ansiedad? Si las redes sociales tienen estos efectos negativos, ¿qué podemos hacer para combatirlos? Nos comunicamos con la Dra. Yazhini Srivathsal, médica psiquiatra en Banner Behavioral Health Hospital, para hacerle algunas preguntas y compartió con nosotros su experiencia profesional.
¿De qué manera las redes sociales contribuyen a generar depresión y ansiedad?
Las redes sociales crean percepciones irreales de la realidad. La Dra. Srivathsal explicó que el mundo de las redes sociales a veces puede estar muy lejos de la realidad. Hay un término creado por la Universidad de Stanford que se denomina "el síndrome del pato". Cuando vemos un pato nadando en el agua, a primera vista parece que se desplaza sin esfuerzos y con mucha tranquilidad. Sin embargo, si miráramos debajo del agua, veríamos al pato haciendo una gran cantidad de fuerza para remar. De este mismo modo, las personas en las redes sociales parecen ir por la vida sin hacer ningún esfuerzo, pero es importante comprender que lo que vemos es una versión de su vida con muchos filtros. Por lo general, las personas suelen publicar las cosas buenas y no hablan acerca de lo que no es tan bueno. Para algunos, ver esta cantidad de "perfección" en las redes sociales tiene repercusiones negativas. Esto puede lograr que una persona sienta que su vida no es tan divertida, emocionante o perfecta como la de otros amigos, lo que les provoca sentir que no son lo suficientemente buenos.
Las redes sociales pueden ser una adicción. Realizar una publicación en una red social y recibir muchos "me gusta" nos hace sentir bien. Esto se debe a que recibir un "me gusta" le da al cerebro una dosis de dopamina, que nos provoca una sensación agradable. Esta sensación de "bienestar" se compara con la estimulación que provoca el consumo de drogas. Recibir estas dosis de dopamina es uno de los principales motivos por los cuales volvemos una y otra vez a las redes sociales. Por el contrario, publicar algo y no obtener la cantidad de "me gusta" que pensó o recibir un comentario que no es agradable puede provocar un estado mental negativo. Las redes sociales se usan como un mecanismo de defensa. Las personas también utilizan las redes sociales para escapar de su realidad y no sentir emociones. Si tiene un día estresante, pasar tiempo en las redes sociales puede ser una forma de escapar de eso, al igual que beber alcohol en exceso o consumir drogas. Esto puede parecer una mejor idea que beber alcohol en exceso para lidiar con una situación, pero atenuar sus emociones con el uso excesivo de una red social no lo ayudará en el largo plazo. Por lo tanto, es muy importante comprender por qué acudimos a las redes sociales en primer lugar.
¿Qué podemos hacer para combatir los efectos negativos de las redes sociales?
Comprender que las redes sociales no son la realidad. Reconocer que lo que ve en las redes sociales es solo un pequeño porcentaje de la vida de una persona. Por cada imagen perfecta que ve en Instagram, posiblemente haya otros 100 momentos no tan perfectos que no se compartieron. Resista a la necesidad de compararse con los demás, puesto que nunca puede saber qué está sucediendo detrás de todo lo que muestran. Además, compararse con una celebridad o un profesional de determinado campo no es justo para usted. Una modelo o un cocinero profesional tienen un gran equipo de profesionales que trabajan con ellos para tomar esas fotografías perfectas, que luego las editan para que se vean aún mejor. Comprenda que usted es suficiente y aprenda a quererse incondicionalmente.
Póngase límites. Una manera de combatir la presión de las redes sociales es poniéndose límites en la frecuencia o el tiempo que pasa en las redes sociales todos los días. Incluso puede decidir ponerle un poco de diversión y desafiarse a pasar un día (¿o unas horas?) sin entrar a Facebook. La Dra. Srivathsal también explica que en lugar de simplemente limitar todo el tiempo frente a la pantalla, es más importante comprender cómo lo afectan los distintos tipos de redes sociales y limitar las que afectan negativamente su manera de pensar. Por ejemplo, si le gusta la cocina, puede mirar demostraciones culinarias o sacar ideas sobre recetas en Internet como una forma de relajarse y disfrutar. En lugar de limitar el tiempo que pasa mirando videos de cocina, concéntrese en reducir la exposición al contenido de las redes sociales que no le sirve o que le provoca emociones negativas.
Cierre sesión. A veces, terminamos entrando a una red social solo por costumbre. Automáticamente agarramos nuestro teléfono, tocamos un ícono y comenzamos a deslizarnos por las publicaciones. Cerrar sesión en las redes sociales después de ver las últimas novedades sirve como una barrera la próxima vez que quiera entrar, porque tiene que volver a ingresar los datos de su cuenta.
No tenga miedo de dejar de seguir a alguien. Recuerde que usted tiene el control para decidir a quién seguir en sus cuentas. Si las publicaciones o los comentarios de alguien que sigue no suman nada positivo a su vida, es posible que sea hora de analizar qué relación tiene con esta persona. Intente seguir personas que publican cosas que usted realmente disfruta ver.
Le recomendamos que analice en profundidad su relación con las redes sociales, para que pueda descubrir cuándo es momento de conectarse y cuándo tiene que tomar un descanso.