¿Alguna vez te has preguntado "¿Qué iba a decir?" o "¿No consigo hacer nada?"? No estás solo. El estrés puede afectar tu cerebro, dificultando la concentración, la memoria y la productividad. Pero ¿por qué ocurre esto y qué puedes hacer al respecto?
Cómo el estrés afecta a tu cerebro
Cuando estás estresado, tu cerebro trabaja más para gestionar la preocupación, el miedo y la ansiedad. Esto puede afectar funciones importantes como la atención, la concentración, la memoria y la toma de decisiones. Puedes sentirte distraído, olvidadizo o mentalmente aturdido.
El estrés también afecta las emociones y el comportamiento. Puedes perder la paciencia, sentirte irritable o tener dificultades para controlar tus hábitos de comida y bebida. Incluso si no estás pensando activamente en una situación estresante, puede afectar tu cerebro, como una aplicación del teléfono ejecutándose en segundo plano y agotando la batería.
La interrupción del sueño es otro problema común. El estrés puede dificultar conciliar el sueño, permanecer dormido o descansar bien. Dormir mal puede ralentizar el pensamiento, dificultar la concentración y afectar el estado de ánimo. También puede llevar a una mala toma de decisiones, como la elección de alimentos poco saludables o la dificultad para gestionar las emociones.
Consejos para mejorar la concentración y la claridad mental
¿Quieres que tu cerebro funcione mejor durante momentos de estrés? Prueba estas sencillas estrategias:
1. Escribe las cosas
Tu cerebro ya está ocupado procesando el estrés, así que aligera su carga. Mantén una lista de tareas pendientes, establece recordatorios y anota las tareas en cuanto se te ocurran.
2. Date tiempo extra
El estrés puede reducir la productividad. Dedica más tiempo del habitual a tareas laborales, escolares o domésticas. Divide los proyectos grandes en etapas más pequeñas para que sean más manejables.
3. Revisa tu trabajo dos veces
Los errores son más comunes cuando estás estresado. Revisa los correos electrónicos, verifica las cifras y revisa las tareas importantes antes de continuar.
4. Concéntrese en una cosa a la vez
La multitarea hace que tu cerebro esté siempre en constante movimiento, lo que consume energía mental. En lugar de eso, completa una tarea antes de pasar a la siguiente.
5. Reduce las distracciones
El ruido de fondo y las interrupciones dificultan la concentración. Si es posible, apaga el timbre del teléfono, trabaja en un espacio tranquilo o realiza tareas sencillas cuando no puedas evitar las distracciones.
6. Toma descansos cortos
Si te sientes abrumado o desenfocado, haz una pausa de unos minutos. Estírate, respira hondo o sal al aire libre. Evita consultar las noticias o las redes sociales durante los descansos: tu cerebro necesita un verdadero reinicio.
7. Desactivar las notificaciones
Las alertas constantes obligan a tu cerebro a cambiar de enfoque repetidamente. Desactiva las notificaciones innecesarias y programa horarios para revisar correos electrónicos, mensajes y redes sociales.
8. Programe un tiempo para preocuparse
Reserva un momento específico cada día para procesar tus preocupaciones, quizás 30 minutos por la tarde. Si surgen pensamientos estresantes fuera de ese horario, anótalos y revísalos más tarde. Además, limita el consumo de noticias para evitar la sobrecarga de información.
9. Priorizar los hábitos saludables
Lo que es bueno para tu cuerpo es bueno para tu cerebro. Mantente activo, come de forma equilibrada y practica técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación. Mantén una rutina de sueño constante y evita las pantallas antes de acostarte.
10. Sé amable contigo mismo
Estás lidiando con muchas cosas; sé comprensivo contigo mismo. Ten en cuenta que podrías olvidarte de cosas o cometer errores. Mantén una lista de tareas simple y concéntrate en lo más importante.
Cuándo buscar ayuda
Si el estrés se siente abrumador o sus seres queridos expresan preocupación por su bienestar, considere buscar apoyo.
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El contenido de este artículo se actualizó el 17 de marzo de 2025.