Cada vez que tus palabras o acciones comunican algo sobre la raza, el estatus, la apariencia o cualquier aspecto de alguien que implique que es “diferente”, podrías estar cometiendo una microagresión. Las microagresiones son indignidades breves y comunes. Pueden ser intencionales o no, pero de cualquier manera, comunican desaires hostiles, despectivos o negativos hacia personas que se consideran fuera del “estándar normativo”. Pueden estar dirigidas a personas de color, mujeres, personas con discapacidades, personas mayores u otros grupos.
“La intención de la microagresión no siempre es hacer daño: las personas no son conscientes de que sus palabras y acciones pueden herir a los demás”, dijo el Doctor Akshay Lokhande, psiquiatra de Banner Health en Scottsdale, Arizona. “Pero aun así son hirientes”.
Las creencias que se esconden detrás de las microagresiones son, principalmente, suposiciones sobre las personas basadas en estereotipos sobre su etnia, edad, género o raza. Las personas pueden desarrollar estas suposiciones basándose en la influencia de sus familias o en lo que han visto en las noticias, programas de televisión o en Internet. “Las microagresiones suelen tener su origen en prejuicios implícitos, que son creencias, comportamientos o actitudes inconscientes hacia cualquier grupo social”, afirmó el Dr. Lokhande.
A continuación se muestran algunos ejemplos:
- Microagresión verbal: decir “Eres uno de los buenos”. Esta frase implica que otras personas que son vistas de manera similar no son buenas.
- Microagresión conductual: Suponer que una persona en el trabajo ocupa un puesto que requiere menos habilidades, como limpiador o repartidor, debido a su raza o color de piel.
- Microagresión ambiental: No proporcionar adaptaciones a personas con pérdida auditiva o discapacidades físicas.
Las investigaciones han demostrado que, con el tiempo, las microagresiones pueden afectar significativamente la salud mental de las víctimas. Las microagresiones crónicas pueden provocar baja autoestima, depresión, ansiedad en el lugar de trabajo, dificultades para dormir y problemas de imagen corporal. Incluso pueden causar TEPT (trastorno de estrés postraumático).
¿Cuáles son algunos tipos diferentes de microagresiones?
Las microagresiones pueden adoptar muchas formas diferentes. A continuación, se indican algunas:
- Microinsultos: son microagresiones sutiles que suelen expresarse como un comentario con un significado subyacente o un cumplido ambiguo. Por ejemplo, decirle a alguien que habla bien inglés podría implicar que no esperabas eso de esa persona.
- Microagresiones: son el tipo más evidente de microagresión y suelen ser intencionadas. “La persona que las comete sabe que son dañinas y despectivas”, afirmó el Dr. Lokhande. Un ejemplo sería utilizar un término despectivo del argot para referirse a alguien de una raza en particular.
- Microinvalidaciones: estas afirmaciones le dicen a alguien que forma parte de un grupo marginado que sus experiencias de prejuicio no importan, o que está reaccionando exageradamente o siendo demasiado sensible sobre lo que se dijo. Decir "Solo estaba bromeando" después de que alguien lo haya criticado por una microagresión es un tipo de microinvalidación.
- Microagresiones no verbales: se manifiestan a través del lenguaje corporal o cambios en el comportamiento, como alejarse o evitar a alguien, poner los ojos en blanco cuando alguien dice que se siente invalidado o evitar sentarse al lado de una persona negra en un autobús o tren.
¿Cómo puedes responder a las microagresiones?
Si eres víctima de una microagresión, comparte con los demás cómo te hacen sentir las microagresiones. “Solo cuando se reconoce el problema y se toman medidas para solucionarlo veremos un cambio real en lo que respecta a las microagresiones. La mayoría de las personas ni siquiera son conscientes de que este problema existe”, afirmó el Dr. Lokhande.
Sin embargo, puede que no siempre parezca seguro o apropiado abordar las microagresiones. El profesor de psicología Kevin Nadal creó una lista de cinco preguntas para tener en cuenta en su libro “Guía para responder a las microagresiones”.
- Si respondo, ¿podría estar en peligro mi seguridad física?
- Si respondo, ¿la persona se pondrá a la defensiva y esto dará lugar a una discusión?
- Si respondo, ¿cómo afectará esto mi relación con esta persona?
- Si no respondo ¿me arrepentiré de no haber dicho algo?
- Si no respondo, ¿eso transmite que acepto el comportamiento o la declaración?
Si decides responder, hazle saber con calma a la persona cómo sus acciones afectan a los demás. También puedes buscar ayuda de amigos o colegas que hayan tenido experiencias similares. En el caso de las microagresiones en el lugar de trabajo, es posible que tengas que consultar con tu supervisor o gerente de recursos humanos, especialmente si las cosas no mejoran a pesar de las conversaciones y recordatorios repetidos.
Si eres un espectador, puedes hablar. Dirígete a la persona que dijo o hizo algo inapropiado, no a la víctima. Señala cómo se podría percibir lo que dijo o hizo (a menudo, las personas no reconocen su comportamiento como agresivo). Y explica que un entorno seguro es esencial para todos.
También puedes practicar microafirmaciones, que son palabras o acciones que validan y respaldan a otra persona. Por ejemplo, si en el trabajo se pasan por alto las contribuciones de alguien, puedes señalarlo públicamente.
El resultado final
Las microagresiones pueden no ser intencionales, pero estas palabras, acciones y comportamientos son hirientes. Es fundamental comprenderlas para no dañar a otros sin saberlo.