La hepatitis es una enfermedad que provoca la inflamación del hígado. El hígado es un órgano que ayuda al cuerpo a obtener nutrientes de los alimentos, limpia la sangre y mantiene alejadas las infecciones. Algunos tipos de hepatitis pueden impedir que el hígado funcione correctamente.
Existen cinco tipos diferentes de hepatitis causadas por virus: hepatitis A, B, C, D y E. La hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C son las más comunes en los Estados Unidos. Puede infectarse con los diferentes tipos de hepatitis de diferentes maneras:
También existen otros tipos de hepatitis:
La hepatitis o inflamación del hígado generalmente es asintomática (sin síntomas), pero en algunos casos los pacientes pueden experimentar algunos de los siguientes síntomas:
Algunas personas con hepatitis pueden no presentar síntomas durante muchos años. Por lo tanto, es importante saber si usted tiene un riesgo alto. Su riesgo es mayor (en el caso de la hepatitis C viral, en particular) si:
Según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), todas las personas de 18 años o más deben realizarse al menos una prueba de detección de hepatitis C.
Si tiene síntomas de hepatitis o está en riesgo de padecer la enfermedad, su doctor o proveedor de atención médica puede recomendarle diferentes pruebas. Si tiene hepatitis, su proveedor puede determinar qué tipo tiene, qué tan grave es y qué plan de tratamiento debería funcionar mejor para usted.
El proceso para diagnosticar la hepatitis no es el mismo para todos. Su proveedor de atención médica le recomendará pruebas según sus síntomas, antecedentes médicos y factores de riesgo.
El diagnóstico de la hepatitis puede incluir:
Es fundamental trabajar en estrecha colaboración con su proveedor de atención médica para elaborar un plan de tratamiento que sea el mejor para usted. Su proveedor le recomendará una o más de estas opciones de tratamiento según el tipo de hepatitis que tenga (por ejemplo, hepatitis viral A, B, C, D o E) y si es aguda o crónica:
La mayoría de las personas se recuperan de la hepatitis A en seis meses o menos sin tratamiento específico. Puedes controlar los síntomas descansando lo suficiente, manteniéndote hidratado y tomando analgésicos de venta libre.
La hepatitis A puede ser más grave en personas mayores y en personas con otros problemas hepáticos. Si presenta complicaciones, es posible que necesite tratamiento en un hospital.
La hepatitis B es común en África y Asia, por lo que es posible que su médico quiera hacerle una prueba si ha vivido en esas áreas. Es posible que no necesite tratamiento para la hepatitis B aguda.
En el caso de la hepatitis B crónica, es posible que necesite un tratamiento a largo plazo. Es posible que su doctor le recomiende tomar medicamentos antivirales (entecavir, tenofovir y, en raras ocasiones, interferón). Estos medicamentos pueden ayudar a evitar que el virus se multiplique y evitar que el hígado se inflame.
Si toma medicamentos antivirales, su doctor controlará periódicamente su función hepática y la cantidad de virus para asegurarse de que el tratamiento esté funcionando.
Si tiene hepatitis C viral crónica, puede tomar medicamentos antivirales de acción directa (AAD), que curan la hepatitis C en el 95 % de los casos. La mayoría de las personas los toman durante 8 a 12 semanas. Su doctor querrá controlar su función hepática y la cantidad de virus durante y después del tratamiento.
Este tipo de hepatitis es poco común, ya que solo se presenta en personas que ya tienen hepatitis B. No existen muchas opciones de tratamiento para la hepatitis D. Tu doctor podría recomendarte medicamentos antivirales que se usan para la hepatitis B o inyecciones de interferón alfa. Si tienes hepatitis D, es una buena idea consultar a un médico que se especialice en su tratamiento.
La mayoría de las personas no necesitan tratamiento para la hepatitis E. Generalmente, desaparece en cuatro a ocho semanas. Si tienes otros tipos de enfermedad hepática crónica o un sistema inmunitario debilitado, es posible que necesites atención médica o tratamiento en un hospital.
Algunos pacientes que beben demasiado alcohol pueden desarrollar una forma de hepatitis. En este caso, el único tratamiento es dejar de beber alcohol (abstinencia) y seguir una dieta especial. Si no lo hacen, pueden desarrollar síntomas graves, como hinchazón (retención de líquidos), confusión y hemorragia interna. Estos pacientes también pueden necesitar trabajar con un especialista en adicciones.
Algunos pacientes tienen un riesgo elevado de acumular grasa en el hígado. Esto puede deberse a la obesidad, la diabetes, la hipertensión sangre o el colesterol alto. Esta grasa adicional en el hígado puede provocar inflamación y cicatrización (cirrosis, cuando la cicatrización es grave) y, finalmente, insuficiencia hepática.
El tratamiento del hígado graso consiste en tratar la afección que ha provocado el exceso de grasa. Hacer ejercicio y alcanzar un peso saludable también son muy importantes.
En la hepatitis autoinmune, el sistema inmunológico del paciente ataca por error al hígado. Si se diagnostica mediante un análisis de sangre , generalmente es necesario realizar una biopsia hepática. Después del diagnóstico, el uso prolongado de medicamentos para frenar el sistema inmunológico debería detener la inflamación hepática.
Según el tipo de hepatitis que tenga, es posible que necesite hacerse controles, pruebas de función hepática o evaluaciones de carga viral. Estos pasos pueden comprobar qué tan bien está funcionando el tratamiento, detectar complicaciones y ver qué tan saludable está su hígado en general.
Es muy importante diagnosticar y tratar la hepatitis crónica. Las infecciones crónicas pueden provocar complicaciones en el funcionamiento del hígado, como cirrosis (cicatrización), insuficiencia hepática y un mayor riesgo de cáncer de hígado . Es posible que necesite un trasplante de hígado si tiene insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
Puede realizar cambios en su estilo de vida para ayudar a mantener la hepatitis bajo control:
Puede tomar estas medidas para reducir el riesgo de contraer hepatitis:
Si tiene hepatitis o está preocupado por su riesgo, estos recursos pueden brindarle más información, educación y apoyo: